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Los cambios que traen los años al cabello

No solo las canas evidencian el paso del tiempo. Hay otros indicios a los que no solemos prestar atención.

La falta de ciertos nutrientes en el organismo hace que el cabello vaya perdiendo su brillo y grosor. (Internet)

El paso del tiempo no solo se evidencia en la piel. El proceso de envejecimiento afecta también al cabello, de formas que no imaginamos. Solemos creer que las canas son la única muestra de la edad, pero hay otras señales. El hecho de que el cabello luzca más reseco, con frizz, que esté más fino o que cambie incluso su forma, no es necesariamente por culpa de este clima loco.


Sí, también es cosa de los años y cuando todo eso ocurre, lo que hacemos es comenzar a probar cuanto tratamiento vemos por allí, las tendencias que se publican en Internet o que nos recomendó una amiga o vecina. Ahora hasta existen grupos de Facebook en los que se comparte cómo conseguir un cabello hermoso, con modas como lavarse solo con agua, usar el acondicionador como crema de peinar o preparar un enjuague con bicarbonato o vinagre.


Hay a quienes les juega la suerte, pero a otros no les funciona y el resultado termina siendo peor, por aspectos tan sencillos como que no sabemos ni siquiera qué tipo de cabello tenemos, explica la dermatóloga Rooxi Casquete. Por eso, si este es graso y aplicamos algo denso, el efecto no será el que esperábamos.


Y claro, tampoco somos conscientes de que, al igual que como ocurre con la piel, a partir de los 25 años, comienzan a darse cambios, pues perdemos algunos nutrientes que hacen que el cabello tenga menos fuerza que a los 20 años.


Además, pocas veces pensamos que la forma en que luce nuestra cabellera, es por una alimentación inadecuada, algo que puede acelerar ese proceso de envejecimiento.

La nutricionista Carla Rangel dice que para lucir bien por fuera (piel, cabello y uñas) hay que empezar por dentro, consumiendo alimentos que pueden convertirse en nuestros aliados, especialmente los que contienen biotina, que es la vitamina B7. ¿Dónde la encontramos? En el aguacate, en el huevo, en la coliflor, en las almendras, en las nueces, en los cereales integrales y en las hojas de color verde fuerte.

Y así como sucede con la piel, si nos excedemos en el consumo de alcohol, de cigarrillos y no dormimos bien, los efectos del envejecimiento de nuestro organismo se verá también reflejado en el cabello.


Se explica cómo va cambiando el pelo con el paso del tiempo y qué podemos hacer para conservarlo con vida, con fuerza y con brillo.

Las canas

Esta es la señal más conocida de envejecimiento del cabello y ocurre porque con el transcurrir de los años, el folículo piloso produce menos melanina. Allí aparecen las canas y aunque lo usual es que comiencen a verse alrededor de los 30, esto puede variar según cada caso. Las primeras nacen, por lo general, en la parte de las sienes y de allí se extienden.

La caída

No es que con la edad nos vayamos a quedar calvos, pero eso sí, ya no tendremos esa tupida cabellera de la juventud. El pelo se volverá menos denso y los folículos pilosos no se reemplazarán con tanta facilidad. Es algo que irá ocurriendo poco a poco. Si usted tiene inicios de calvicie, puede deberse también a un factor hereditario.

La opacidad

Al llegar a los 30, poco a poco notamos cómo nuestro organismo ya no absorbe de la misma manera los nutrientes y eso se evidencia en un cabello más opaco y reseco. Aquello ocurre incluso en las personas que lo tienen graso. Es allí cuando debemos revisar nuestra alimentación y no centrarnos solo en los tratamientos capilares.

La textura y el color

¿Se ha dado cuenta de que hay personas con rizos que luego se vuelven lacios o viceversa? Con los años, la textura del cabello ya no es la misma y se vuelve más usual que este se encrespe o que pase solo con frizz. Es algo que se acentúa alrededor de los 50 años, que es cuando se hace más evidente la pérdida de colágeno en nuestro cuerpo. Incluso hay cambios de color.

El grosor

El cabello pasa por un ciclo de crecimiento que permite que entre los dos y los seis años de edad se alcance el grosor normal. Con el tiempo, este va cayendo y es reemplazado por uno nuevo, dando paso en las siguientes décadas a una tendencia natural que hace que se vuelva más fino y más susceptible a daños. Es algo que ocurre cerca de los 40.


FUENTE; expresoec

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