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Conoce los cuatro peligrosos hábitos que afectan la salud después de los 60 años


Llevar buenos hábitos a lo largo de la vida es la mejor arma para combatir diversas enfermedades; es por esto que los profesionales de la salud insisten tanto en alimentarse de manera sana y equilibrada, dormir el número de horas adecuadas durante la noche, según la edad, evitar episodios largos y prolongados de estrés, realizar actividad física o practicar algún deporte como mínimo tres veces por semana durante 30 minutos consecutivos.

Cabe mencionar que durante la etapa de la vejez es cuando más se diagnostican diversas patologías, esto se debe a que el cuerpo ya no cuenta con la misma vitalidad y fuerza, lo que hace que sus órganos sean más vulnerables, todos estos riesgos aumentan cuando un paciente es sedentario y se alimenta mal. Es pertinente recordar que durante esta etapa también son diagnosticadas enfermedades que surgen por factores hereditarios o genéticos, razón por la que tener buenos hábitos a lo largo de la vida hará que cuando se tenga que atravesar por diversas antologías sea menos traumático y más llevadero. El Clarín en su sección de salud y cuidado personal menciona la importancia de mitigar algunos malos hábitos que ponen en riesgo la salud; es por esto que los menciona para que los pacientes lo eviten con el fin de prolongar su salud y tiempo de vida. Es frecuente que los pacientes a esta edad no consuman la cantidad adecuada de proteína, lo cual es esencial para la buena salud de los músculos que se empiezan a desgastar a partir de los 40 años de edad. Para determinar la cantidad exacta que debe consumir cada persona es pertinente acudir con un nutricionista, este indicará la cantidad de proteína que debe consumir cada paciente de acuerdo con su peso, edad y talla.

La idea es aumentar el consumo de huevos, ternera, pollo y pescados, este último debe ser consumido como mínimo dos veces en la semana.

Otro de los errores más frecuentes y que suele pasar desapercibido es no ingerir la suficiente cantidad de agua al día. Este hábito es crucial, ya que por medio de la orina se puedan eliminar las toxinas que se han acumulado dentro del organismo. Los profesionales de la salud mencionan que los adultos deben ingerir de seis a ocho vasos de agua al día, lo que equivale a dos litros de este líquido incoloro.

A medida que se envejece la sensación de sed empieza a diminuir, pese a esto es pertinente tener el hábito de consumir el agua adecuada durante el día para evitar la deshidratación. Comer a deshoras es otro mal hábito que puede pasar factura con el paso de los años. Alimentarse fuera de las horas pertinentes aumenta el riesgo de alterar los ritmos de sueño o de sufrir más períodos de insomnio, impidiéndole al cuerpo y a la mente reponer la energía pérdida durante el día.

“Comer a deshoras en exceso se asocia con aumentos repentinos de peso, mayores fluctuaciones de azúcar en sangre y gracias a ello aumenta la probabilidad de sufrir diabetes”, explicó Lisa Young nutricionista profesional. El bajo consumo de fibra también puede ser perjudicial para la salud. La ingesta de alimentos cargados de fibra soluble es indispensable para tratar y prevenir enfermedades como el estreñimiento, también es crucial para prevenir la diabetes y los niveles de colesterol elevados en la sangre.

“Asegurarse de incluir fibra en la dieta es necesario para nutrir las bacterias beneficiosas que viven dentro intestino y así mejorar la absorción de nutrientes, reducir la inflamación y gozar de un mejor estado de ánimo”, aconsejó Kara Landau, dietista experta en prebióticos en Uplisftfood.


Fuente: Semana

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