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El 95% de la población mundial no se lava las manos

Es un problema de salud pública a nivel internacional, que anualmente provoca la muerte de más de 3.5 millones de niños por diarrea y neumonía.


Una práctica tan sencilla como es lavarse las manos antes de ir y después de salir del baño o de comer, es ignorada por el 95% de la población mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que anualmente ocasiona el deceso de alrededor de 3.5 millones de niños menores a cinco años de edad por diarrea y neumonía.


La falta de higiene es problema de salud pública en el mundo. Por esta razón, en 2008 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS instituyeron el Día Mundial del Lavado de Manos, que tiene como objetivo disminuir la propagación de los males infecciosos transmisibles con tan sólo utilizar agua y jamón. Si este hábito se arraigara entre la población es posible disminuir alrededor de la mitad los decesos por diarrea y un 25% de muertes por infecciones respiratorias agudas, así lo informó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


Lavarse las manos con agua y jabón es una de las maneras más efectivas y económicas de evitar la transmisión de la diarrea y de la neumonía, padecimientos que al manifestarse de forma conjunta provocan la mayor parte de las muertes infantiles. A nivel mundial las instituciones de salud pública recomiendan esta práctica, son: la OMS, la OPS, la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia y la Familia (Unicef ), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de Salud y los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.


Al no lavarse las manos no sólo se pueden ocasionar problemas gastrointestinales y respiratorios, también hepatitis A, conjuntivitis o enfermedades de la piel, aunque en menor grado.


De acuerdo con el jefe de agua, sanidad e higiene de la Unicef, Sanjay Wijesekera, “la incidencia de padecimientos diarreicos podría disminuir hasta un 40% simplemente con lavarse las manos con agua y jabón, antes y después de ir al baño o de comer”.


Al no efectuar este hábito, las personas se convierten en una fuente de transmisión de afecciones. Por su parte, la especialista Daniel Pahua Díaz del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, aseguró que “no sólo puede ocasionar problemas gastrointestinales y respiratorios, también hepatitis A, conjuntivitis o enfermedades de la piel, aunque en menor grado. Si traemos virus o bacterias en las manos podemos ser un medio de contagio o contagiarnos de alguno de estos gérmenes”.


En el mundo cada día fallecen nueve mil personas por males diarreicos y respiratorios relacionados con la mala higiene de las manos, y en México, por ejemplo, únicamente el 60% de los adultos y el 34% de los niños lo hacen cotidianamente, informó dicha dependencia universitaria.


Por su parte, la OMS señala que al año 30 mil mujeres y 400 mil recién nacidos fallecen por infecciones como la septicemia, que regularmente se debe a la falta de agua y saneamiento, así como por prácticas deficientes de lavado de manos.


Este mal hábito aparentemente no es considerado como grave y se presenta en todas las capas sociales.


En torno al ámbito hospitalario resulta casi imposible eliminar el riesgo de infecciones porque los gérmenes se encuentran en todas partes; aunque también depende de los hábitos de médicos y del personal de salud, lo cual permite evitar que se conviertan en un vector de estos patógenos. Otro aspecto importante es que aunque quizá el personal que está en contacto con pacientes en hospitales, clínicas y centros de salud se lave las manos, no lo realiza adecuadamente ni durante el tiempo recomendado.


Por ejemplo, las enfermeras se deben lavar las manos después de revisar a un paciente y así sucesivamente con cada enfermo, debido a que en ocasiones tienen contacto con la piel y la orina y si no se lavan las manos esas bacterias se las transmite a la otra persona.


Sin embargo, este mal hábito aparentemente no es considerado como grave y se presenta en todas las capas sociales. Incluso, algunas personas consideran normal preparar alimentos sin antes lavarse las manos; también es común que mientras el personal de restaurantes, fondas y puestos callejeros atiende a los comensales se toquen el rostro, se rasquen, pasen las manos por la cara o el cabello.


La falta de higiene también resulta más grave en países donde el sistema de salud es carente y no cuentan con suficiente agua para realizar este procedimiento.


De acuerdo con información proporcionada por la UNAM, la falta de apego al lavado de manos en el personal de salud es un problema mundial. Algunos estudios han encontrado casos en los que esta práctica es menor al 10%, mientras que en el mejor de los casos alcanza el 70%.

Sumado a ello, es frecuente que en los hospitales los pacientes adquieran una infección, conocida como nosocomial, que en parte se debe a que el personal sanitario y los familiares del enfermo no realizan esta práctica de higiene antes y después del contacto con él. Es común que los familiares lleguen de la calle toquen al paciente sin antes lavarse las manos y por tanto le transmitan virus y bacterias.


Un aspecto a considerar es que la falta de higiene también resulta más grave en países donde el sistema de salud es carente y no cuentan con suficiente agua para realizar este procedimiento, aunado a que prevalece la mala costumbre de no efectuar dicho hábito.


De acuerdo con la OMS y la Unicef, el acceso al agua y al jabón no es el mismo para todo el mundo. En las naciones pobres, en las que la mayor parte de sus habitantes no se lava las manos, sólo una de cada cuatro personas cuenta con agua y jabón en sus casas, mientras que en algunos países africanos sólo 14% tiene instalaciones adecuadas para ello.


FUENTE: infobae

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