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Muere Pablo Milanés, gran voz de la música iberoamericana, a los 79 años


El cantautor Pablo Milanés ha muerto este martes de madrugada en Madrid a los 79 años, después de que se agravase su estado de salud debido a una enfermedad oncológica. Milanés es una de las grandes voces cubanas de todos los tiempos, el creador de canciones de amor inolvidables como Yolanda, Ámame como soy o El breve espacio en que no estás, que son ya himnos; un músico admirado y querido por sus compatriotas y también por importantes artistas de todos lados que hicieron suyas sus letras y lo llamaban, sencilla y cariñosamente, Pablo, El artista musicalizó de muy joven los versos de Nicolás Guillén y José Martí (nada menos) y fue pilar y fundador destacado del movimiento de la Nueva Trova cubana, que deslumbró al mundo en los setenta, y en el que no le gustaba que lo encasillaran, pues su sensibilidad y su obra iban mucho más allá. También fue el cultivador brillante del filin (de feeling, sentimiento), del bolero y de la música tradicional cubana, el que primero rescató del olvido a viejos trovadores, como Compay Segundo, y sirvió de puente en su país entre generaciones y estilos, reconocido por su talento como uno de los grandes cantautores en lengua española.


Milanés (Bayamo, 1943) recibía desde hace unos años tratamiento médico en España, donde residía con su familia. El artista cubano deja un notable legado de canciones formidables y cerca de 60 discos que lo sitúan entre los nombres indispensables y más universales de la música iberoamericana.


La belleza de su voz privilegiada y su don para la interpretación, que le permitía llegar a registros donde la mayoría no alcanzaba, unida a su forma poética de decir, de aparente sencillez, pero cargada de una profunda sensibilidad que tocaba el alma con independencia del motivo que lo inspirase, marcaron a generaciones de cubanos y latinoamericanos. Su música tuvo también fuerte arraigo en España, donde era bien conocido, y hasta en el pueblo más recóndito donde se presentara, jóvenes, medios tiempos y mayores se sabían sus letras. Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute, Ana Belén o Víctor Manuel son algunos de los artistas españoles que grabaron sus canciones y colaboraron con él. En su continente, figuras como Chico Buarque, Gal Costa, Armando Manzanero, Mercedes Sosa, Fito Páez, o salseros como Andy Montañez o Gilberto Santa Rosa, entre muchos otros, estaban entre sus devotos e hicieron lo propio.


Comienzo y final de una verde mañana, Años, Ya ves, Yo no te pido, Hoy la vi o Para vivir son parte de esa obra de Milanés que trascendió edades y fronteras y se convirtió en identidad de la mejor música hispanoamericana. También causaron impacto en su momento canciones políticas como Yo pisaré las calles nuevamente, La vida no vale nada, o Yo me quedo, de las que nunca se desmarcó, aunque sí lo hizo de los dogmas y la deriva de la Revolución cubana, “Soy un abanderado de la revolución, no del Gobierno. Si la revolución se traba, se vuelve ortodoxa, reaccionaria, contraria a las ideas que la originaron, y uno tiene que luchar”, dijo en los años noventa. Luego vinieron las canciones más dolorosas de su repertorio, entre ellas, Días de gloria (“Vivo con fantasmas / Que alimentan sueños y falsas promesas / Que no me devuelven / Los días de gloria que tuve una vez”); Éxodo (“¿Dónde están los amigos que tuve ayer? ¿Qué les pasó? ¿Qué sucedió? ¿A dónde fueron? Qué triste estoy”) o La libertad (“A qué seguir respirando / Si no estás tú, libertad”).


Fuente: EL PAIS

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