Los lácteos, importantes para fortalecer sistema óseo e inmunitario
La buena alimentación en la etapa escolar contribuye a que las personas tengan un sano desarrollo y un buen sistema inmunitario. Los lácteos juegan un rol fundamental en el crecimiento de los niños. El primer contacto que se tiene con ellos es cuando el bebé consume leche materna.
La pediatra Norma Arana afirma que hasta los 6 meses debe ser administrada de forma exclusiva, ya que ofrece todos los nutrientes que el infante necesita, como proteínas, grasas, carbohidratos, micronutrientes, además de enzimas, hormonas y factores de crecimiento.
A este grupo alimenticio pertenecen la leche y sus derivados como el yogurt, queso, cuajada, requesón y leches fermentadas, entre ellas el kéfir.
“Se pueden consumir a toda hora, sin embargo, algunos estudios sugieren que consumir un lácteo cerca de la hora de acostarse puede favorecer el sueño por su elevado contenido de triptófano que estimula la liberación de serotonina y melatonina mejorando la inducción y calidad del sueño”, enfatiza la nutricionista Cristina Estrada.
Por su parte la pediatra de Aprofe, Mayra Rodas, señala que los pequeños pueden ingerir los lácteos en cualquier momento del día, preferiblemente en la mañana “por su alta carga de energía”.
Mientras, Arana explica que la cantidad consumida en el niño sano se regula por la libre demanda que en términos generales se puede considerar entre 150 a 200 cc (centímetros cúbicos)/K (kilogramos). En preescolares y escolares se debe considerar una ingesta mínima de 2 vasos diarios de leche, es decir 500 mililitros al día.
La nutricionista afirma que la adolescencia es uno de los períodos de mayor desarrollo óseo, por lo que el aporte adecuado de calcio es crítico, durante este periodo se recomienda incluir cuatro porciones de lácteos al día.
Y va más allá: “La leche y el yogurt aportan proteínas y carbohidratos adecuados para la recuperación de un entrenamiento deportivo”.
Los lácteos aportan múltiples nutrientes. Contienen vitaminas A, D, C, B1, B2, B3, ácido fólico, magnesio, calcio, fósforo, zinc, caseína lactoalbúmina, yodo, lactoglobulina y lactosa, dice Rodas. Estos proporcionan calcio, primordial para formar y reforzar los huesos y los dientes.
La doctora Arana destaca que el consumo apropiado de lácteos favorece la contracción muscular, la salud arterial y cardiovascular. También previene la osteoporosis, arterioesclerosis y las caries.
Ella recomienda que los infantes eviten consumir las leches descremadas o semidescremadas debido a su elevada carga renal de solutos y bajo contenido de grasas. (I)
Fuente: El Universo
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