El fin de un compromiso: una influencer británica pone fin a su auto matrimonio
Lo que comenzó como un acto de empoderamiento y amor propio para una influencer londinense culminó en un inesperado desenlace. Carey, una modelo e influencer de 36 años, decidió divorciarse de sí misma, un año después de protagonizar una peculiar ceremonia de automatrimonio que generó un amplio debate en redes sociales.
Carey, quien en octubre se casó consigo misma, anunció recientemente su decisión de poner fin a esta unión. Lo que inicialmente fue visto como un mensaje poderoso sobre la independencia emocional y el amor propio, terminó revelando los desafíos emocionales que acompañaron su decisión.
El concepto de “sologamia”, o casarse con uno mismo, no es de todo nuevo, pero Carey le dio un giro personal que cautivó a sus seguidores.
Su boda fue vista como una afirmación radical de amor propio, desafiando las convenciones tradicionales del matrimonio. Para Carey, la ceremonia representaba un compromiso con su bienestar emocional, un mensaje de que las mujeres no necesitan una pareja romántica para sentirse plenas o validadas.
La historia resonó con aquellos que buscan romper con las expectativas sociales tradicionales, generando un amplio interés en las redes sociales.
Muchos de sus seguidores la alabaron por su valentía al desafiar las normas y su determinación de priorizar su relación consigo misma. La boda fue un ejemplo público de empoderamiento y autodefinición, aspectos que Carey consideraba vitales para su vida y su bienestar.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la experiencia de estar “casada” consigo misma trajo consigo desafíos que no había anticipado. A medida que el tiempo avanzaba, Carey comenzó a experimentar una profunda sensación de soledad que minó el propósito original de su decisión.
Aunque inicialmente fue celebrada como un acto de amor propio, la presión emocional y las expectativas impuestas por su simbólico matrimonio empezaron a pasar factura.
Carey no tardó en descubrir que mantener ese compromiso consigo misma era más complejo de lo que había imaginado. Lo que comenzó como un gesto de autoafirmación se convirtió en una fuente de estrés.
La constante necesidad de evaluarse, cumplir con sus propias expectativas de independencia emocional y proyectar una imagen de completa satisfacción personal terminó por sobrecargarla.
Finalmente, tras un año de automatrimonio, Carey decidió solicitar un “divorcio simbólico”. Este acto, que podría parecer contradictorio con su mensaje inicial, fue una forma de liberarse de la presión que había acumulado.
Carey reveló que, aunque su boda consigo misma fue un momento significativo en su vida, la carga emocional de mantener ese compromiso resultó ser más de lo que podía soportar.
Fuente: Ecuavisa
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