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Caifanes en Quito: 'A lo mejor tengamos diferencias, pero cuando pisamos el escenario somos una


Los integrantes de Caifanes ya pintan canas y, fuera del escenario, lucen más como unos padres de familia buena onda y relajados que como las estrellas de rock que a fines de los ochenta intentaron tocar en la escena underground mexicana y que con los años se convirtieron en referentes del rock latinoamericano.

Durante su trayectoria (de 1987 a 1995 y de 2011 hasta la actualidad) han tenido altos y bajos. Sus canciones se han ubicado en la memoria y en el corazón de miles de fanáticos sin importar fronteras y sus disputas internas han generado rompimientos -como la de su exguitarrista Alejandro Marcovich- e incertidumbre sobre el futuro de la banda. “A lo mejor podemos diferir entre nosotros, pero el momento en que pisamos el escenario somos una bala, una unidad”, dice Diego Herrera (teclados), en una entrevista concedida a EL UNIVERSO, en la víspera de su show en Quito.

Saúl Hernández (voz y guitarra), Alfonso André (batería) y Sabo Romo (bajo) completan la agrupación, que por primera vez se presenta en Ecuador.

Pregunta: ¿Cómo evalúan la trayectoria de Caifanes?

Diego Herrera: Para mi es una bendición. A estas alturas y como está el mundo, vivir de lo que te gusta es un privilegio. Lo que pasó en todos estos años, nunca lo esperamos. En su momento, hubo un punto en que la banda se salió de su género (el rock) y dejó de ser escuchada por el sector de la población en que era natural el rock. La Negra Tomasa, por ejemplo, la rompió completamente y salimos a otros estratos, otros géneros y otras historias. Nos costó trabajo regresar a nuestro lugar.

P: ¿La fama los alejó de la escena underground inicial?

Alfonso André: Creo que los cuatro discos que se hicieron muestran el crecimiento, la personalidad y el compromiso que hemos tenido con nuestra música. Siempre fue un grupo sui géneris, pues no entraba en lo que estaba sonando en la radio. Hizo su camino por su lado, quizás de manera egoísta... Es decir, privilegiamos el hacer el disco que queríamos y que nos gustara a nosotros más que responder a lo que estaba esperando la gente, la radio o la disquera. Nunca estuvimos tratando de ser más populares o de cumplir con las normas de la industria.


Alfonso André, baterista de la banda Caifanes

P: Han pasado por varias tendencias, pero en esencia es una banda de rock

Alfonso: Sí.

Diego: Claro, aunque el rock es diferente ahora. Y también la forma en que se consume la música. En aquellas épocas, te comprabas un disco que llevabas meses esperándolo y te lo chutabas (lo escuchabas) de pies a cabeza, porque encima te había costado 300 pesos. A lo mejor lo comprabas porque te gustaba solo una canción, pero te aprendías las 15 que venían, cosa que no sucede ahora. También había una cuestión coyuntural. En México, nos tocó abrir espacios que no estaban abiertos al rock. Después de los 70, hubo mucha represión y el gobierno dijo 'No más rock'. Ahora no sé si el rock es lo mismo que antes, muy contestatario, muy de denuncia y tal.

P: En su gira están presentando un sencillo, la canción Heridos, no un disco, como lo hacían antes

Diego: Antes, la disquera te decía 'El 15 de febrero tiene que haber 12 rolas (canciones) y me vale madre cómo le hagas, cabrón'. Fíjate que hace ocho años nos juntamos y solo nos comprometimos a hacer dos conciertos. El siguiente paso era un disco cuando nosotros queramos y nos nazca. Hicimos varios intentos: en San Diego, Cancún, México… Andábamos como buscando, sin la presión de sacar 12 canciones...

P: Dices sin la presión. ¿Es mejor la industria hoy que antes?

Alfonso: Es que tampoco es nada nuevo. En los años 50 y 60 las bandas trabajaban con sencillos. Los Beatles grababan sencillos y luego se iban a tocar, sacaban otro sencillo y volvían a tocar... Y cuando tenían suficientes sencillos, los empaquetaban en un disco de larga duración. Ahora, con esto del streaming y las playlists con artistas diferentes, la gente difícilmente se sienta a oír un disco.

Diego: No acaban ni una rola... ahora la capacidad de atención es de 3 a 7 segundos.

Alfonso: Yo extraño, la verdad, esa época en que te sentabas a escuchar una obra completa, olías el disco y veías los créditos...

P: Es melancolía por una toda época

Alfonso: Sí, claro. Y realmente, el oír música era una actividad en sí misma, hoy es una más mientras manejas o haces la tarea.

Diego:... es una más de las cinco que estás haciendo. Yo también extraño eso de sentarme, poner un disco y levantarme para voltearlo.


Diego Herrera, tecladista de la banda Caifanes

P: Sin embargo, insisto, bajo las nuevas reglas salió Heridos

Diego: Sí, abrimos la puerta y nos gustó mucho. Probablemente, sea egoísta decirlo, pero una constante en esta banda es que nos guste lo que hacemos. A lo mejor no se venda mucho, pero vamos a dormir tranquilos.

P: Las disputas internas, las idas y venidas de los integrantes de Caifanes, confundieron mucho a su público. Nunca se sabía, ni se sabe, qué va a pasar con la banda en el futuro cercano. ¿Qué viene luego de Heridos y de esta gira por Estados Unidos, México, Colombia y Ecuador?

Diego: O sea, tenemos planes de aquí a dos meses. Mientras sigamos disfrutando... Como te lo dije, firmamos en el 2011 por dos conciertos y ya han pasado ocho años. Luego de que abrimos la puerta con Heridos queremos grabar más cosas, investigar más por ese camino.

P: ¿Siempre en español?

Alfonso: Sí. Pensamos, soñamos y hablamos en español. Es la forma en que sentimos. Yo he cantado covers en inglés, Saúl también, pero como un homenaje a algunas influencias.

Diego: Nunca hemos sido una banda que siga patrones o modas musicales. A lo mejor, alguien diga 'hagamos una rola para entrar al mercado de Estados Unidos', 'hagamos un dueto, mitad en español, mitad en ingles'... Pero no es lo nuestro.

Alfonso: Además, escuchas a artistas americanos cantando en español y dices 'No, si se va a escuchar así, mejor no lo hago'.

P: En Quito y Cuenca, los verán por primera vez. Caifanes no había venido al país hasta hoy.

Diego: Sí y es muy emocionante. Es maravilloso y chingón saber que tu música ha conectado en un país que no conoces. Hace un rato, cuando salimos del hotel, íbamos escuchando a gente que daba testimonios en la radio. Es alucinante y es muy emotivo saber que algo que hiciste en un pinche cuartito de azotea con una guitarra con cuatro cuerdas, porque no había para más, haya llegado a este lugar y haya trascendido de esa manera. A mí me resulta muy emocionante. Aquí, a lo mejor podemos diferir entre nosotros (en cualquier tema), pero el momento en que pisamos el escenario somos una bala, una unidad.

P: Alfonso, en el 2008 viniste con Jaguares. El público veía a Jaguares, pero pensaba en Caifanes.

Alfonso: Claro, es que tocábamos canciones de Caifanes. Para los que nos quedamos en el barco, Saúl y yo, era la continuación de Caifanes. O sea, si no podíamos seguir usando el nombre de Caifanes, pues íbamos a seguir con otro nombre. Hoy, para mí, ya son dos entes diferentes. Mucha gente dice que Jaguares es una mierda y que Caifanes es la neta (lo mejor); hay otros que lo ponen al revés... Para mi, son dos versiones de lo mismo.

P: Saúl siempre se refiere al público como 'raza'. ¿Cuál es el alcance de ese término?

Diego: Es una forma de decir 'unidad'. Todos somos raza. La 'banda' es otro término, es la gente que de alguna manera comulga con el rock, con este tipo de música.

P: ¿Son optimistas frente a la música actual, como el reguetón?

Diego: Siempre ha sido así, hay buena y mala música en todo. Cuando empezábamos, en la radio comercial había unas cosas interesantes y otras no. Aunque la mayoría no eran interesantes. Estaban hechas para vender. Y para vender no sé qué; antes se vendían discos, ¡ahora no sé qué se vende!

Alfonso: Se venden tocadas (presentaciones)...

Diego: Siempre ha existido eso, pero ahora se ha hecho más evidente, es como si se estuviera desenmascarando el asunto.

P: ¿Un estado de cinismo en que vale todo?

Diego: Vale todo y no tiene fuerza nada. Lo único que prevalece es lo que haces desde los huevos y desde el corazón. No te puedo hablar de reguetón, pero sí de dos bueyes que son muy famosos y que una vez metieron su carro por enfrente de nuestro camerino, porque un tipo tenía que bajarse a 20 centímetros de la puerta para que nadie lo tocara.

P: ¿Algo que va más allá de la música? En el entorno de nuestros países hay corrupción, contaminación, violencia, abuso de poder

Alfonso: Justamente, Heridos habla de eso. Así estamos, no solo individualmente, sino como sociedad.

Diego: Al borde del abismo, diría yo. Estamos a dos centímetros de suicidarnos. Mira la ecología, la política, las migraciones... Probablemente la cosa política se pueda resolver, pero la ecológica no tiene vuelta atrás. Es un momento muy complejo. Si no aprendemos, nos vamos a la chingada. (


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