¿Sabías que parado se piensa mejor que sentado?
“Dar una vuelta” aclara las ideas porque hay una relación directa entre el sedentarismo y el desarrollo del lóbulo temporal medial del cerebro, vinculado al aprendizaje y la memoria.
Las acciones de las caminatas han vuelto a subir tras la publicación reciente de un estudio de la Universidad de California (Estados Unidos), conducido por el Dr. Prabha Siddarth, bioestadístico del Instituto Semel de Neurociencia y Comportamiento Humano.
En él se correlacionan las horas que pasan sentadas las personas con el desarrollo del lóbulo temporal medial, área del cerebro vinculada con el aprendizaje y la memoria. Se verificó, mediante estudios de imagen, un desarrollo menor de esa zona en las personas más sedentarias.
La sensación de que dar una vuelta aclara las ideas (algo que los gurúes de la creatividad postulan hace tiempo) se comprobó en los participantes de la muestra (35 adultos sanos de entre 45 y 70 años).
Los resultados de los test de atención selectiva muestran que basta ponerse de pie para notar un cambio: pensando parados vencieron por un margen de 32 milisegundos a quienes contestaron desde sus asientos.
El sentido de los pasos
Lo que la ciencia prueba venía aprovechándolo la literatura. Caminar sofistica nuestra ideas porque nos invita a hacer contacto con estímulos siempre desafiantes. "... salir a la calle abierta, luminosa y alegre, en un estado de ánimo romántico-extravagante..." es el punto de partida de Robert Walser en "El paseo" (1917), miniatura deliciosa que el catalán Marc Caellas estrenó como "obra de teatro a pie" en Buenos Aires en 2012.
También aquí, en "Paseante y huésped", la poeta argentina Liliana Ponce hilvana sentido, andar e historia personal al preguntarse, una y otra vez: "¿Cuánto hace que partí?".
FUENTE: clarin
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