Tres temas polémicos marcan la gestión de la canciller María Fernanda Espinosa

El futuro político de la canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa se definirá este martes 5 de junio del 2018. Ese día la diplomática se someterá a las votaciones para presidir el 73 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que disputa con su par hondureña Mary Flores. Ese escenario se presenta mientras en Ecuador enfrenta un pedido de juicio político respaldado por 59 legisladores opositores. Entre las causas principales que motivaron ese petitorio constan la posición de Ecuador ante la situación política en Venezuela y Nicaragua y la crisis en la frontera norte con Colombia donde desde enero se han registrado varios ataques con explosivos, el secuestro de ecuatorianos, la muerte de militares y el asesinato de un equipo periodístico de EL COMERCIO. También está el manejo del caso de asilo político del australiano Julian Assange, en la Embajada de Ecuador en Londres, que derivó con el otorgamiento de la nacionalidad ecuatoriana al activista de Wikileaks. Estos puntos, además, han marcado la agenda de la ministra de Relaciones Exteriores. Las críticas opositoras se ahondaron el pasado 21 de febrero cuando Ecuador presentó por sorpresa su candidatura ante la ONU, generando diferencias con Honduras, que hace dos años postuló a Flores y acusó a Quito de romper un acuerdo de apoyo a la designación de cargos internacionales.

Ecuador argumentó que ese acuerdo no existe y Espinosa ha defendido sus aspiraciones presentando la candidata como “sólida, de alto nivel, (con) una persona con experiencia en el tema multilateral”. La legisladora socialcristiana Cristina Reyes sostuvo que Espinosa ha puesto por encima de los intereses nacionales sus “caprichos y vanidades” en la candidatura a la presidencia de la ONU y que ha tenido poca efectividad en temas que “sí le interesan al país”, como el manejo de la política exterior, la lucha contra el terrorismo y narcotráfico. Por ejemplo, la muerte del equipo periodístico que se conoció el 13 de abril motivó a mediados del mes la renuncia de los titulares de los ministerios del Interior, César Navas, y Defensa, Patricio Zambrano. Ese entonces, varias voces pidieron también la renuncia de Espinosa, que la misma semana que ocurrían los hechos viajó a Bakú (Azerbaiján) a la Asamblea de los No Alineados, sus principales aliados en la votación de este martes 5 de junio.

De hecho, desde el pasado 24 de mayo tiene licencia y ha desarrollado una gira internacional para buscar apoyo en su postulación. Se necesitan 98 votos, una mayoría simple, para ganar la designación en el organismo internacional. En el caso Assange, en cambio, el presidente Lenín Moreno desligó responsabilidad respecto al otorgamiento de la ciudadanía y afirmó que fue una decisión enteramente de la Canciller. Además, el 17 de mayo el Gobierno retiró la seguridad adicional que había en la Embajada en Londres, tras conocer que se había pagado USD 5 millones durante el régimen de Rafael Correa. En tanto, la oposición pidió el juicio político, el bloque de Alianza PAIS-Aliados, a través de Ximena Peña, respaldó la candidatura de Espinosa para presidenta de la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Según Peña, esta es una candidatura del país y denunció que hay una campaña de desprestigio por un tema ideológico personal que “está sacrificando la agenda de todo un país, pues la candidatura de María Fernanda Espinosa es de todos los ecuatorianos”. Según Roberto Gómez, vocero de la bancada de Creo, el juicio debe pasar el filtro del Consejo de Administración Legislativa (CAL) porque hay argumentos suficientes de hecho y de derecho.
Fuente: elcomercio.com